Historia y Concepto de fotografía
http://es.wikipedia.org/wiki/Aplicaciones_cient%C3%ADficas_de_la_fotograf%C3%ADa#Aplicaciones_cient.C3.ADficas
Sobre la imagen
Biografía
Susan Sontag, (Nueva York, 16 de enero de 1933 - Nueva York, 28 de diciembre de 2004). Novelista y ensayista norteamericana. Si bien se dedicó principalmente a su carrera literaria y ensayística, ejerció docencia y dirigió también filmes y obras teatrales.
Sontag, que recibió al nacer el nombre de Susan Rosenblatt, nació en Nueva York. hija de Jack Rosenblatt y Mildred Jacobsen, ambos judíos estadounidenses. Su padre se dedicaba al negocio de comercio de pieles en China, donde falleció a causa de la tuberculosis cuando Susan contaba con cinco años de edad. Siete años después su madre contrajo matrimonio con Nathan Sontag y desde ese momento Susan y su hermana Judith adoptaron el apellido de su padrastro. Sontag creció en Tucson, Arizona y, posteriormente, en Los Ángeles, donde se graduó en la North Hollywood High School, a la edad de 15 años. Prosiguió estudios en universidades como la de Berkeley, Chicago, Paris y Harvard. Durante su estancia en Chicago, a la edad de 17 años, Sontag contrae matrimonio con Philip Rieff, tras un noviazgo de tan solo diez días. La pareja tuvo un hijo, David Rieff, quien se convertiría posteriormente en el editor de su madre en la editorial Farrar Straus and Giroux. El matrimonio entre Sontag y Riff tuvo una duración de ocho años, tras los cuales se divorciaron en 1958. Los últimos años de su vida mantuvo una relación de pareja con la famosa fotógrafa Annie Leibowitz. Sontag falleció el 28 de Diciembre de 2004, en el hospital Memorial Sloan Kettering de Nueva York, a la edad de 71 años, debido a complicaciones de un Síndrome mielodisplásico que desembocó en una leucemia mielógena aguda. El origen de la leucemia fue probablemente la radioterapia recibida casi tres décadas antes, empleada para la curación de un avanzado cáncer de mama que sufrió cuando tenía 43 años. Está enterrada en el cementerio parisino de Montparnasse. (http://es.wikipedia.org/wiki/Susan_Sontag)
Comentario
Sobre la fotografía es un ensayo de Susan Sontag publicado en 1975. La primera edición en español es editada por Edhasa, en el año 2005 Alfaguara lanza una nueva edición. En Sobre la fotografía Susan Sontag plantea una serie de reflexiones entorno a tal actividad. Son seis ensayos que se alejan de ciertos formalismos, para ejemplificar de manera clara y contundente la carga social e ideológica que trae consigo la fotografía. Es un recorrido que explora los agentes (Arbus, Cartier- Bresson, Evans, Avedon, Warhol, etc.), los contextos (guerras, graduaciones, calles, burdeles, fabricas, campo, paisajes, etc.), las intenciones (exponer la monstruosidad, capturar la cotidianidad, detener el tiempo, representar limitaciones personales, etc.) y los resultados (nostalgia, recopilaciones, choques, etc.) que trae consigo dicha actividad. Sontag no recrea verdades absolutas, intenta reconstruir contextos a partir de varios puntos que le permiten al lector sacar sus propias conclusiones sobre el significado de la fotografía. (http://es.wikipedia.org/wiki/Sobre_la_fotograf%C3%ADa)
Susan Sontag: Sobre la Fotografía - Objetos Meláncolicos
Resumen - Sintesis... (Frases - Párrafos interezantes)
La fotografía tiene la dudosa reputación de ser la más realista.
La fotografía es el único arte originariamente surreal pero no significa que comparta los destinos del movimiento surrealista oficial.
Los fotográfos que se afanaron por combatir el surrealismo supuestamente superficial de la fotografía fueron los que comunicaron más pobremente las propiedades surreales de la fotografía.
La fotografía surrealista se dedicaba, allá por la decada del ´30, a retratos de un estilo amanerado reconocible por el uso de las mismas convenciones decorativas introducidas por el surrealismo en otras artes, en especial la pintura, el teatro y la publicidad.
La fotografía, en tiempos predemocráticos, no parece depender profundamente de las intenciones de un artista, tan solo una complicidad entre fotográfo y modelo, mediatizada por una máquina cada vez más simple y automatizada, y que va reproduciendo imágenes todas las veces que quieramos con resultados y efectos interezantes.
Al creer que las imágenes que buscaban provenían del inconsciente, cuyos contenidos, como fieles freudianos, consideraron atemporales y universales, los surrealistas malinterpretaron lo que era más brutalmente conmovedor, irracional,inasimilable, misterioso: el tiempo mismo. Lo que vuelve surreal una fotografía es su irrefutable patetismo como mensaje de un tiempo ido, y la concreción de sus insinuacones sobre los problemas de clase.
La visión de la realidad como una presa exótica que el cazador - con cámara debe rastrear y capturar...
La fotografía siempre se fascinó ante las cumbres y abismos de la sociedad.
El fotográfo es una versión armada del caminante solitario que explora, ronda, recorre el infierno urbano, el paseante voyeurista e descubre en la ciudad un paisaj de extremos voluptuosos. Adepto de los regocijos de la observación, catador de la empatía, el flâneur considera el mundo "pintoresco".
El flâneur no se intereza en las realidades oficiales de la ciudad sino en sus rincones oscuros y turbios, sus pobladores olvidados, una realidad no oficial tras la fachada de vida burguesa: el fotográfo la "aprehende" como un detective aprehende a un criminal.
La fotografía concebida como documento social era un instrumento esencialmente de clase media, puntillosa y tolerante, curiosa e indiferente, llamada humanitarismo (los barrios bajos eran el más cautivante de los decorados). Los fotógrafos contemporáneos han aprendido a atrincherarse y precisar límites. La justificación sigue siendo la misma, que la fotografñia sirve a un propósito elevado: descubrir auna verdad oculta, preservar a un pasado en extinción (la verdad oculta se idéntifica a menudo con el pasado en extinción).
Los fotógrafos, que empezaron como artistas de la sensibilidad urbana, advirtieron muy pronto que la naturaleza es tan exótica como la ciudad y los rústicos tan pintorescos como los habitantes de los barrios bajos. "Cada aldea", escribia Stone, "tiene una historia que podría preservarse por medio de la cámara". Esencialmente la cámara transforma a cualquiera en turista de la realidad de otras gentes.
Desde el comienzo, la fotografía profesional implicaba sintomáticamente una especie deturismo de clase donde la mayoría de los fotógrafos combinaban ojeadas a la abyección social con retratos de celebridades o mercancias o estudios del desnudo.
La pobreza no es más surreal que la riqueza. Lo surreal es la distancia que la fotografía impone y franquea: la distancia social y la distancia temporal.
No es necesario que los fotógrafos adopten una actitud irónica e inteligente frente al mater5ial esterotipado. Una fascinación beata y respetuosa es igualmente eficaz, sobre todo con los temas más convenionales.
Agunos fotográfos se erigen en ciéntificos, otros en moralistas. Los ciéntificos hacen un inventario del mundo: los moralistas se concentran en casos díficiles. Ej: El proyecto que August Sander inició en 1911: Un catálogo fotógrafico dl pueblo alemán.
La fotografía europea se rigió primordialmente por la noción de lo pintoresco, lo importante y lo bello.
Las fotógrafias propendían al elogío o a la tentativa de neutralidad. Los norteamericanos han cultivado más asiduamente la fotografía tendenciosa. Se registraban imágenes no sólo para mostrar que había que admirar sino para revelar qué fallas había que afrontar, deplorar y remediar. La fotografía norteamericana implica una relación con la historia más sumaria y menos estable, y una relación con la realidad geográfica y social a la vez más esperanzada y más predatoria.
El aspecto esperanzado lo ejemplifica el consabido uso de las fotografías para despertar conciencias.
En sus períodos más moralistas, la fotografía documental era también imperiosa en otro sentido. Algunos informes reflejan la necesidad de apropiarse de una realidad ajena. Y ninguna realidad está a salvo de la apropiación, ni las escandalosas ni las meras bellas. El fotógrafo era capaz de coincidir que las dos realidades coincidieran.
Después de la apertura del Oeste en 1869 con la terminación del ferrocarril trascontinental, vino la colonización medante la fotografía (pieles rojas). Los turistas invadieron la vida privada de los indios, fotografiando objetos religiosos y danzas y lugares sagrados, en caso necesario poagando a los indios para que posaran y persuadiéndolos de que revisarán sus ceremonias para proporcionarles material más fotogénico.
Fotografiar algo se transformó en una fase utinaria del procedimiento para alterarlo. El peligro era el cambio superficial, limitado a la lectura más estrecha del tema de la fotografía.
El fotógrafo saquea y preserva, denuncia y consagra a la vez. La fotografía exprea la impaciencia norteamericana con la realidad, el gusto por actividades instrumentadas por una máquina. "La velocidad es la clave de todo" (Hart Crane - 1923 - Stieglitz), "el centésimo de segundo capturado con tanta presición que la imagen sigue sugiriendo constantemente el movimiento: el momento eternizado".
Los fotógrafos europeos han dado por sentado que la sociedad es en cierto modo tan estable como la naturaleza. En Norteamerica la naturaleza siempre ha estado bajo sospecha, a la defensiva, amenazada por el progreso. En Norteamérica, todo espécimen se transforma en reliquia.
El paisaje norteamericano siempre ha sido demasiado heterógeneo, inmenso, misterioso, evasivo para prestarse al ciéntificismo naturalista.
Los norteamericanos sinten que la realidad de su país es tan apabullante y dinámica que tratar de encararla de manera ciéntifica, clasificatoria, sería el más grosero de los alardes. Se la podría abordar indirectamente, mediante subterfurgios, desmenuzándola en extraños fragmentos que de algún modo, tal vez pudieran sugerir el todo.
Para Keroauc, para la principal tradición de la fotografía norteamericana, la emoción que prevalece es la tristeza. Más allá de las pretensiones rituales de los fotográfos norteamericanos hay una visión dolida y nostálgica.
La eficacia de la declaración nostálgica de la fotografía depende del constante enriquecimiento de la familiar iconografía de misterio, mortalidad, caducidad.
La fotografía ofrece un romanticismo inmediato del presente.
En Norteamérica, el fotógrafo no es simplemente la persona que registra el pasado sino la que lo inventa. Como escribe Berenice Abbott: "El fotógrafo es el ser contemporáneo por excelencia: a través de su mirada el ahora se transforma en pasado".
Las fotografías, que transforman el pasado en objeto de consumo, son una reducción. Cualquier colección de fotografías es un ejercicio de montaje surrealista y el resumen surrealista de la historia.
El verdadero modernismo no es austeridad sino una plenitud atiborrada de desperdicios, la tenaz caricatura del magnánimo sueño de Whitman.
Nuestros desechos se han convertido en arte. Nuestros desechos se han convertido en historia.
Las fotografías son: literalmente, artefactos. Pero seducen porque en un mundo abarrotado de reliquias fotográficas también parecen tener la categoría de objets trouvés, involuntarios fragmentos del mundo. Así, trafican simúltaneamente con el prestigio del arte y la magía de lo real. Son nubes de fantasía y cápsulas de información. La fotografía se ha transformado en el arte por excelencia de las sociedades opulentas, derrohonas, inquietas, una herramienta indispensable de la nueva cultura masiva que cobró forma después de la guerra civil y sólo conquistó Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
El oportunismo surrealista ante la historia tamién implica una meláncolía encubierta, además de una voracidad e impertinencia superficiales.
La fotografía es el inventario de la mortalidad.
Las fotografías muestran a las personas allí, y en una época específica de la vida, de un modo irrefutable, agrupan gentes y cosas que un momento después se dispersan, cambian, siguen el curso de sus destinos independientes.
Las fotografías afirman la inocencia, la vulnerabilidad de vidas que se dirigen hacía su propia destrucción, y este lazo entre la fotografía y la muerte ronda todas las fotografías de personas.
Las fotografías sobresaltan enel fluir del filme, pues transmutan de golpe el presente en pasado, la vida en muerte.
Así como la fascinación ejercida por las fotografías es un recordatorio de la muerte, también es una invitación al sentimentalismo. Las fotografías transforman el pasado en un objeto de tierna contemplación, embrollando los distingos morales y desmantelando los juicios históricos mediante la emoción generalizada de observar tiempos idos.
El rescate de viejas fotografías mediante la ubicación en contextos nuevos se ha transformado en una importante industria editorial. Una fotografía es apenas un fragmento, y con el paso del tiempo suelta amarras. Boga a la deriva en una pastosidad tenue y abstracta, apta para cualquier género de lectura. Una fotografía también podría describirse como una cita. Y un modo cada vez más difundido de presentar las fotografías en libros consiste en acompañar las fotografías mismas con citas.
El libro de Adelman desciende de Let Us Now Praise Famous Men, que precisamente subraya que los hombres retratados no eran famosos sino olvidados.
Las citas no guardan ninguna relación con las fotografías pero se correspnden con ellas de un modo aleatorio e intuitivo.
En varios autores norteamericanos, las fotografías y las citas parecen más auténticas que una extensa narración literaria porque se toman como fragmentos de la realidad. Aunque, en Norteamerica existe un rencoroso recelo ante lo que parezca literario, lo cual explica parcialmente ese nuevo apetito por libros de pocas palabras y muchas fotografías (la fotografía misma refleja cada vez más el prestigio de la tosquedad, el apresuramiento, la improvisación, la indisciplina: la "antifotografía".)
El surrealismo es el arte de generalizar lo grotesco y luego descubrir allí los matices y los encantos. Ninguna actividad está mejor equipada para ejercitar la manera de observar surrealista que la fotografía, y eventualmente miramos todas las fotografías de manera surrealista.
Las fotografías suministran historia instántanea, sociología instantánea, participación instántanea. La estrategía surrealista se ha diluido en una ironía fácil que democratiza toda evidencia y equipara sus evidencias magras con la historia. El surrealismo sólo puede pronunciar un juicio reaccionario, transformar la historia en una mera acumulación de extravagancias, una broma, una excursión a la muerte.
El gusto por las citas es un gusto surrealista.
El coleccionista se transforma en un personaje consagrado a una piadosa tarea de salvataje. Ahora el coleccionista puede dedicarse sin remordimientos a excavar en busca de los fragmentos más escogidos y emblemáticos.
Con la Creciente aceleración del cambio histórico, el pasado mismo se ha convertido en el tema más surreal, posibilitando, como dijo Benjamin, ver una belleza nueva en lo que está desapareciendo. Los fotógrafos no solo se impusieron la tarea de registrar un mundo en vias de extinción sino que la cumplieron por encargo de quienes estaban apresurando esa extinción. "Rnovar el viejo mundo", escribió Benjamin, "es el deseo más profundo del coleccionista cuando se ve impulsado a adquirir cosas nuevas" Pero el viejo mundo no puede renovarse, por cierto no mediante citas; y este es el aspecto amargo y quijotesco de la empresa fotográfica.
Como el coleccionista, el fotógrafo es impulsado por una pasión que, aunque parezca dedicada al presente, está vinculada con una percepción del pasado.
La actitud, como ladel coleccionista, es asistemática, y en verdad antisistemática.
La fotografía cumple con el mandato surrealista de adoptar una actitud imparcialmente equitativa fente a toda temática: "Todo es real".
La agudeza del trapro surrealista estaba consagrada a encontrar bello lo que otros encontraban feo o carente de interés y relevancia.
La práctica cada vez más difundida de colgar fotografías en las paredes de livings y dormitorios, donde antes colgaban reproducciones de pinturas, es un indicio de la vasta difusión del gusto surrealista. Las fotografías mismas satisfacen muchos de los criterios aprobados por el surrealismo, ya que son objetos obicuos, baratos, anónimos. Una pintura se encarga o se compra; una fotografía se encuentra, se recorta o se toma sin dificultad.
Las fotografías, cuando se ajan, ensucian, manchan, resquebrajan y amarillean, conservan un buen aspecto; con frecuencia mejoran (el arte al cual se asemeja la fotografía es la arquitectura, cuyas obras están sometidas por el paso del tiempo, y quizás lucen mejor como ruinas)
Lo que es cierto de las fotografías es cierto del mundo visto fotográficamente. La fotografía transforma la belleza de las ruinas (literatos del S. XVIII), en un gusto popular. El fotógrafo está compometido en la empresa de transformar la realidad en antigüedad, y las fotografías mismas son antigüedades instantáneas.
La fotografía conlleva cierto paternalismo ante la realidad. De estar allí afuera, el mundo pasa a estar dentro de las fotografías.
El tiempo de lectura de un libro depende del lector, el tiempo de visión de un filme está determinado por el realizador y las imágenes son percibidas con la rapidez o lentitud permitidas por el montaje. Así, una fotografía fija, que permite que nos demoremos a gusto en la contemplación de un sólo momento, contradice la forma misma del filme, tal como un conjunto de fotografías que congela momentos en la vida de una sociedad contradice una forma que es proceso, flujo temporal. El mundo fotográfico entabla con el mundo real la misma relación, esencialmente inexacta, que las fotografías fijas con las películas. La vida no consiste en detalles significativos fijados para siempre con un fogonazo. Las fotografías sí.
El peligro y el poder de las fotografías consiste en que al mismo tiempo nos ofrecen una relación experta con el mundo y una aceptación promiscua del mundo.
La mirada ultradinámica de la fotografía halaga al espectador, creándole una falsa sensación de ubicuidad, un engañoso dominio de la experiencia.
Los fotógrafos, operando dentro de los términos de la sensibilidad surrealista, insinúan la vanidad de intentar siquiera comprender el mundo y en cambio nos proponen que lo coleccionemos.
En Fin, en mi opinión y en resumen de este texto, la fotografía te muestra una realidad que ya pasó pero está y estuvo, igualmente, de alguna forma, presente. El fotógrafo propone una forma de coleccionismo de todas las fotografías, para poder construir el futuro, viviendo nuestro presente, sin olvidarnos de nuestro pasado...
" Cuando penetramos en algo o en alguien, y luego nos fuimos, es tan profunda la huella que se deja que no nos fijamos el daño o el amor que ocasionamos..."
"El acto mismo de la huella es algo tan bello y particular que te llena aunque parezca vacio, porque en su momento se hizo con ese sentir del alma" (Joralicle)
Para saber que significa este concepto:
http://es.wikipedia.org/wiki/Arte_digital
Recomendado por el profesor:
Hola Gente: aqui les envio la direccion de un par de sitios interesantes para ver la produccion de algunos fotografos.
Produccion de algunos fotografos:
